Mejora la apariencia de tu piel con nuestro tratamiento que combina diversas tecnologías
Las cicatrices de acné son producto de la inflamación y agrandamiento de las glándulas sebáceas que se encuentran en la piel.
Como consecuencia, se acumulan bacterias, grasa, células muertas y suciedad que pueden obstruir los poros y dar lugar al desarrollo de estas lesiones, sobre todo, en cara, espalda, cuello y escote.
Resumidamente, las cicatrices de acné derivan de un brote de acné no sanado adecuadamente. Tras la eclosión de una espinilla, el colágeno de la piel se encarga de restaurar el tejido dérmico que ha sido dañado, por lo que las antiestéticas marcas son el resultado de un defecto o un exceso en la producción de esta sustancia, así como a una disposición irregular del propio colágeno.
En caso de que los brotes de acné sean constantes e intensos y las cicatrices lleguen a ser antiestéticas, lo recomendable es acudir a una clínica especializada y profesional que pueda recomendarte el tratamiento que mejor se ajuste a tus características y necesidades. En Centro Láser Cali, tenemos distintos equipos láser para el tratamiento de cicatrices de acné.
Una de las secuelas más preocupantes del acné severo es la aparición de las antiestéticas cicatrices atróficas.
Estas se producen por una pérdida de fibras de colágeno, elastina y ácido hialurónico, lo que genera una pérdida de volumen en esas zonas. Debido a esto, nuestro objetivo terapéutico será estimular la producción de estas sustancias en la piel y, en ciertos casos, reponerlas.
Por su parte, aquellas cicatrices más deprimidas son causadas por bandas de fibrosis que tiran de la superficie de la piel hacia planos más profundos.
Las cicatrices atróficas son las más frecuentes en la cara y se dividen según su morfología en 3 tipos:
- Tipo rolling u onduladas (superficiales y suaves como ‘ondas’).
- Tipo boxcar o furgoneta (profundas con bordes definidos y mayores de 3 mm de ancho).
- Tipo icepeak o picahielos (aquellas puntiformes pero muy profundas).
La capacidad para sanar depende de cada tipo de piel, variando mayoritariamente en función de los genes y cuidados de cada individuo, por lo que pueden darse distintos tipos de cicatrices.